Dentro del segundo paquete de reformas, el gobierno ha
reconocido que está estudiando regular la felicidad.
Según fuentes del ejecutivo, en concreto, se pretende regular
el acceso a dicho estado de ánimo bajo los principios de igualdad y no
discriminación, en régimen competitivo y de no exclusividad. No obstante, para garantizar
el uso eficiente de la misma se prevé la introducción de una tasa de carácter plano
que grave su uso privativo y un régimen sancionador que evite el uso
fraudulento.
La tasa se aplicará a productos culturales, deportivos, eróticos,
religiosos, de ocio en general, alimentos y sustancias psicotrópicas y drogas
legales. Aunque se estudia incluir otras medidas de carácter fiscal al
nacimiento de hijos deseados, logro de un empleo, jubilación, sobrepeso, etc.
Asimismo, se
introducirá en la futura Ley de Seguridad Ciudadana el articulado necesario
para evitar manifestaciones públicas de felicidad no autorizadas, introduciendo
la figura de la detención preventiva para cualquier persona que irradie
felicidad careciendo de título o licencia habilitante.
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